Una caña
Se supone que el nombre de ‘caña’ viene del tubillo vertical (especie caña) que hay en el grifo, por donde cae la cerveza al vaso. Tiene su lógica, pero cuándo decimos que algo guay ‘es la caña’ no creo que sea casualidad.
‘Una caña, por favor’, ‘tírame un par de cañas’, ‘échame unas cañas’… Cambia la forma de pedirlo según el lugar donde estemos. Al igual que cambia su tamaño, no creo que sea lo mismo una caña en Madrid que en Bilbao.