El Carnestolendas alberga el espíritu festivo, la alegría. Disfrazado con un curioso atuendo, su objetivo es el de animar a todos los vecinos a disfrutar de la magia de la fiesta, del ambiente del Carnaval. Anima a los ciudadanos a olvidarse de sus problemas durante un par de días y no parar de saltar, bailar y jugar, aunque los pies nos pidan un descanso.
En su ronda por las calles de Zaragoza, al Carnestolendas le acompaña una comitiva de pajes y un grupo de mascarutas.