Con más de 900 años de historia, la Iglesia de San Pablo tiene su origen en una ermita en honor a San Blás construida en el siglo XII. Concentra los estilos góticos, mudéjar y ciertos componentes románicos.
En el interior cabe resaltar el retablo mayor esculpido por Damián Forment en el siglo XVI. Su gran valor artístico hizo que en 1931 fuera declarado monumento nacional y en 2001 fuera incluido en la declaración de Patrimonio de la Humanidad que la Unesco elaboró para los monumentos de tipo mudéjar en Aragón.