La tradición de celebrar las fiestas con un nacimiento comenzó en España con Francisco de Asís, quien en 1214 peregrinó a Santiago y a su regreso pasó por Monzón, Huesca. Donde en 1235 se ubicó fuera de las murallas el convento San Francisco, lo que hace pensar que la tradición de poner el belén de Monzón llega por la presencia franciscana desde hace tantos siglos. Además en la baja Edad Media para estimular el culto y el simbolismo navideño se preparaban escenas de nacimiento y alguno de los belenes era viviente.