El Carnaval de Villafranca del Campo surgió en el siglo XIX, época en la que tuvo su mayor esplendor. A pesar de su prohibición durante el Franquismo, esta localidad mantuvo sus festejos en casa, con grandes festines y celebraciones en el interior.
Es característico del Carnaval de este pueblo freír hojuelas (un dulce horneado) y organizar merendolas. Además, los más jóvenes del pueblo van a casa de sus familiares a pedir longaniza seca. El último día, los habitantes de la localidad salen de pasacalles pintando de azul la cara de aquellos vecinos que no se han disfrazado.