Para jugar al espejo roto necesitaremos ponernos en frente de otra persona. De este modo, haremos los gestos faciales contrarios a los del oponente. Así, si nuestro contrario sonríe, nosotros tendremos que hacernos los tristes. Se trata de un juego muy entretenido en el que el primero en equivocarse o en reírse pierde.