Cada 5 de marzo, Zaragoza recibe una de las fiestas más especiales del año y una de las más queridas, la Cincomarzada. Una jornada acompañada de música, deporte, actividades en la calle y buenos festines de comida. Vecinos, colectivos y peñas se reúnen en el parque del Tío Jorge siempre que el tiempo lo permite.
La fiesta de la Cincomarzada tiene su origen en la victoria de los zaragozanos sobre las tropas carlistas en marzo de 1838, durante el periodo de la Primera Guerra carlista. Las tropas favorables a Carlos María Isidro (aspirante al trono de España tras el fallecimiento de su hermano Fernando VII) intentaron entrar a Zaragoza, ciudad partidaria de que la sucesora al trono a Fernando VII fuera su hija Isabel II.
Los zaragozanos ejercieron oposición desde la Puerta del Carmen, donde formaron barricadas y batallones populares ante la inexistencia de un ejército militar. Lucharon con todo lo que tenían a mano: utensilios de casa, herramientas del campo, armas de caza y hasta tiraron muebles desde las ventanas. La insistencia de los maños de Zaragoza hizo que las tropas de Carlos María Isidro salieran huyendo.
Desde mediados del siglo XIX hasta la Segunda República, los vecinos de la ciudad se reunían en la arboleda de Maracanaz. Como curiosidad, en 1907 se aprobó la construcción de un monumento en honor a la cincomarzada, pero más de cien años después sigue sin levantarse. Para el lamento de los zaragozanos, la fiesta quedó prohibida durante el Franquismo, pero en 1979 la Federación de Asociaciones de Barrios de Zaragoza la recuperó.
Desde entonces, la ciudad programa numerosas actividades para conmemorar la ocasión desde el Parque del Tío Jorge. Ya por la mañana se organizan conciertos, actividades para los más pequeños y visitas turísticas al Arrabal. Además, se habilitan espacios con actividades gratuitas y zonas libres de alcohol para los menores de edad, como es el “Espacio Zero”.
Los museos, restaurantes y hoteles también conmemoran este día. Los bares se llenan de gente que desea probar las tapas más deliciosas que, por ejemplo, puedes encontrar en los bares de El Tubo. Las principales calles de Zaragoza, como el Paseo de la Independencia o la Calle Alfonso, se abarrotan de vecinos con ganas de disfrutar del ambiente festivo. Allí se programan desfiles y actos representativos de la victoria sobre el bando Carlista. Aunque eso sí, también hay quien prefiere aprovechar el día de la Cincomarzada para realizar una pequeña escapada. Dada la ocasión, las agencias de viaje ofrecen planes especiales.
Una anécdota cuenta que, durante la toma de posiciones por parte de los carlistas en la ciudad, el jefe militar Cabañero lo vio tan fácil que dio por hecha la conquista. Por ello, en medio de la madrugada, ordenó la apertura de una cafetería para tomarse una taza de chocolate caliente. Justo cuando iba a ponérselo en la boca, comenzó la rebelión popular contra las tropas Carlistas, por lo que Cabañero tuvo que salir corriendo del café sin haber probado un sorbo de ese chocolate. Tiempo después, Cabañero se pasó al bando isabelino e incluso llegó a salir en desfiles militares en Zaragoza. Los zaragozanos, con esa sorna tan característica, le gritaban: “¡Cabañero! ¡Que se te enfría el chocolate!”.
¡Feliz Cincomarzada!
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