Miguel Nadal
Llega finales de febrero y con él los Carnavales. En Aragón son numerosos los pueblos y comarcas que, además de Zaragoza, se esfuerzan por conservar y mantener esta fiesta tan tradicional. En los últimos años, dichas zonas han trabajado para recuperar las típicas costumbres de esta fiesta: sus disfraces, sus comidas y sus distintos modos de celebrarlo. Vestimentas caricaturescas, extravagantes, y que en ocasiones superan a la imaginación. ¿Desconoces las tradiciones del Carnaval de Aragón? A continuación, te mostramos cómo se celebra en distintos pueblos de nuestra comunidad.
¡Todavía estas a tiempo de unirte a sus peculiares festejos!
#1 Carnaval de Bielsa (Huesca)
El Carnaval de Bielsa tiene su origen en un mito pirenaico. Cuenta la historia que si el sale de la cueva y se encuentra la luna llena regresa a su madriguera, retrasando cuarenta días la entrada de la primavera.
Por ello, en Bielsa los paisanos se disfrazan de osos con la cara pintada de negro para convencer al oso de que la primavera ha llegado. El Carnaval de esta localidad comienza con la concentración de toda la comarca del Sobrarbe en Bielsa, donde el personaje de Cornelio Zorrilla, responsable de los males que acechan al pueblo, es colgado y posteriormente quemado en la plaza del ayuntamiento.
El disfraz de Tranga es típico de Bielsa. Un mitad hombre y mitad animal que simboliza la virilidad y la fertilidad. Persigue a las Madamas, personajes vestidos de blanco con coloridos accesorios. El Onso es otra de las celebridades más populares: el personaje de un animal que durante el pasacalles es arrastrado por la localidad entre la música y las risas de los vecinos.
#2 Carnaval de Épila (Zaragoza)
El Carnaval de Épila es uno de los carnavales más populares de la provincia de Zaragoza. Su protagonista es el Zaputero, un personaje que se cuelga en el ayuntamiento y después es condenado a morir quemado en la hoguera. Los vecinos de la localidad se disfrazan de Macarutas, vestidos con trapos y con la cara tapada con un saco. El reto de estos personajes consiste en hablar con voz de pito durante toda la jornada para no ser reconocidos por otros residentes de la localidad.
#3 Carnaval de Luco de Jiloca (Teruel)
El Carnaval de Luco del Jiloca fue recuperado en 2003 por la Asociación Cultural Zarragones. Su base son los tres grupos de personajes de los que los habitantes de la localidad se disfrazan.
En primer lugar, los zarragones son la identificación del Carnaval. Son unos personajes caricaturescos y bonachones, pero cuyo significado se desconoce, pues se perdió en la tradición con el paso de costumbres de generación en generación. Quien se disfraza de Zarragón cubre su cuerpo con sacos y chaquetas viejas y se pinta la cara de negro.
En segundo lugar, los diablos son los “enemigos” de los Zarragones. Son tristes y aterradores, y sus ropajes son similares a las vestimentas eclesiásticas. Se visten con sayones negros y enaguas blancas y también se pintan la cara de negro.
En tercer lugar, las madamas son la representación femenina del Carnaval. Su fin es divertirse, a la vez que reivindicar sus derechos. El origen de este personaje reside en el machismo que existía en la sociedad española antigua.
#4 Carnaval de Villafranca del Campo (Teruel)
El Carnaval de Villafranca del Campo surgió en el siglo XIX, época en la que tuvo su mayor esplendor. A pesar de su prohibición durante el Franquismo, esta localidad mantuvo sus festejos en casa, con grandes festines y celebraciones en el interior.
Es característico del Carnaval de este pueblo freír hojuelas (un dulce horneado) y organizar merendolas. Además, los más jóvenes del pueblo van a casa de sus familiares a pedir longaniza seca. El último día, los habitantes de la localidad salen de pasacalles pintando de azul la cara de aquellos vecinos que no se han disfrazado.
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